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viernes, 27 de febrero de 2015

¿Las ondas electromagnéticas de los celulares y los equipos Wi-Fi afectan nuestra salud?

Las ondas electromagnéticas nos brindan servicios todos los días. Invisibles e imperceptibles, nos permiten escuchar la radio por la mañana, ver la televisión por la tarde, comunicarnos donde quiera que estemos, a cualquier hora. En síntesis, nos permiten realizar múltiples acciones que ya se han vuelto cotidianas y necesarias. Sin embargo, las ondas electromagnéticas inspiran muchas inquietudes 

En junio de 2008, veinte médicos y cancerólogos liderados por el popular David Servan-Schreiber, firmaron un llamamiento a la vigilancia sobre la utilización de los teléfonos celulares. Y atrajeron el interés de la Academia de medicina, que considera que inquietar a la opinión pública de ese modo "tiende a la demagogia, y no a la investigación científica". Algunos meses antes, a comienzos de 2007, los empleados de cuatro bibliotecas de la Ciudad de París se quejaron de frecuentes dolores de cabeza, que atribuían a los puestos wi-fi instalados en la biblioteca para permitir a los visitantes provistos de una notebook conectarse a internet sin cables. Como consecuencia de esta protesta, el Ayuntamiento de París tuvo que desactivar el servicio wi-fi hasta nuevo aviso. 

Por su parte, desde hace varios años las antenas de telefonía móvil suscitan regularmente la inquietud de las personas que viven cerca de ellas, por el temor de daños a su salud. 


  

Vómitos, dolores de cabeza, migrañas, irritabilidad, insomnio e inflamaciones en la piel de la alergia al Wi-Fi. Sí, como lo lees: Se han reportado casos de personas alérgicas a las ondas electromagnéticas que generan las redes de conexión inalámbrica.

El particular diagnóstico se ha realizado en el Hospital Clínic de Barcelona, donde los especialistas han atendido en tres años a un centenar de pacientes con esta sensibilidad, que se calcula que afecta a una de cada 1.000 personas.

El doctor Joaquín Fernández Solà del referido centro médico, asegura que estas personas no sufren técnicamente una alergia a estos campos magnéticos, sino que desarrollan una “sensibilidad” que manifiestan con trastornos que pueden ir desde ansiedad, vómitos, dolores de cabeza, migrañas, tos, escozor de ojos, irritabilidad, insomnio e irritación en la piel.

La mayoría de afectados tiene antecedentes de sensibilidad química a agentes ambientales. En su mayoría, esta patología se ha presentado en trabajadores inmersos en un entorno, generalmente laboral, repleto de ondas electromagnéticas, “auténticos búnkeres” que provocan trastornos en algunos de ellos… ¿Aplicarán las oficinas de Betazeta?

Alertan los expertos que cada vez es más común ver antenas, repetidores, redes Wifi, ordenadores y microondas en entornos comunes sin que se haya demostrado su acción en conjunto y en espacios cerrados.

¿Cómo hacer para evitar desarrollar esta “alergia al WiFi? Pues antes que nada, debe evitarse una exposición intensiva a estos campos electromagnéticos, contemplar la posibilidad de comprar teléfonos móviles de tercera generación que reducen la emisión de ondas, así como pantallas LED y protectores de pantalla para el PC.

¿Las ondas actúan sobre el organismo? 

Teléfonos celulares, Wi-Fi: cada vez con más frecuencia son señaladas como peligrosos. Cuál es el temor? Qué los campos electromagnéticos de las radiofrecuencias actúen el cuerpo humano y perturben su funcionamiento. 

 




La actividad cerebral cambia por el celular
Advierten, sin embargo, que no se sabe si eso es bueno o malo

Tara Parker-Pope
The New York Times

NUEVA YORK.– Investigadores de los institutos nacionales de Salud de los Estados Unidos descubrieron que menos de una hora de uso de un teléfono celular puede acelerar la actividad cerebral en el área más cercana a la antena del teléfono, lo que plantea nuevas preguntas acerca de los efectos en la salud de los bajos niveles de radiación emitidos por estos dispositivos.

Sin embargo, los científicos, liderados por la directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas, Nora Volkow, instaron a interpretar este hallazgo con cautela, porque no se sabe si los cambios, que fueron registrados por imágenes cerebrales, tienen algún tipo de efecto en la salud de las personas.
El estudio fue publicado ayer en el Journal of the American Medical Association y es uno de los primeros y más grandes en documentar que las débiles señales de radiofrecuencia de los teléfonos celulares pueden alterar la actividad cerebral.





"Este trabajo es importante porque documenta que el cerebro humano es sensible a la radiación electromagnética emitida por los celulares –dijo Volkow–. También pone de relieve la importancia de realizar estudios para averiguar si hay o no consecuencias de largo plazo por la estimulación repetida a lo largo de 10 o 15 años."

A pesar de que son preliminares, los hallazgos seguramente reiniciarán el debate acerca de la seguridad de los celulares. Algunos estudios observacionales han sugerido un vínculo entre su uso intenso e infrecuentes tumores cerebrales, pero el grueso de la evidencia científica disponible no muestra mayores riesgos. Los principales grupos de investigación clínica han dicho que los celulares son seguros, pero algunos médicos importantes, incluyendo al ex director del Centro de Oncología de la Universidad de Pittsburgh y prominentes neurocirujanos, han urgido a utilizar audífonos como precaución.

Volkow dijo que esta última investigación no pretende responder preguntas acerca del cáncer u otros problemas de salud, pero plantea otras acerca de potenciales áreas de investigación para entender mejor las implicancias para la salud que tiene el uso de estos teléfonos.

"Desafortunadamente, este estudio en particular no muestra si son dañinos o si, incluso, podrían ser benéficos -dijo-. Sólo nos dice que, incluso, aunque estas señales son débiles, el cerebro humano es activado por ellas."

La mayoría de los grupos médicos más importantes, incluida la Sociedad de Oncología Norteamericana, el Instituto Nacional del Cáncer, y la Administración de Alimentos y Medicamentos, han dicho que los datos existentes sobre los celulares indican que éstos son seguros; particularmente un gran estudio europeo que la Organización Mundial de la Salud dio a conocer el año pasado y que no encontró riesgos aumentados de extraños tumores cerebrales entre usuarios de celulares.

"La evidencia científica ha indicado en forma contundente que los dispositivos inalámbricos, dentro de los límites establecidos, no representan un riesgo para la salud pública ni causan efectos adversos", dijo John Walls, vicepresidente de la Comisión Federal de Comunicaciones, y agregó que todos los sistemas sanitarios "han coincidido en que no son un riesgo para la salud pública".

Pero la nueva investigación difiere de los grandes estudios observacionales realizados hasta ahora. En el trabajo de Volkow, los científicos utilizaron imágenes cerebrales para medir cómo la radiación electromagnética afecta la actividad cerebral. Durante este trabajo, realizado en 2009, se les tomó a 47 participantes una tomografía por emisión de positrones (PET), que mide el metabolismo cerebral de la glucosa, un marcador de actividad cerebral. Los sujetos utilizaron un celular en cada oreja y pasaron por dos estudios de 50 minutos.

Durante uno de los estudios, los celulares se apagaron, pero durante el otro, el de la oreja derecha se activaba para recibir una llamada de un mensaje grabado, a pesar de que el sonido se apagaba para evitar la estimulación auditiva.

El hecho de que el teléfono estuviera prendido o apagado no afectaba el metabolismo general del cerebro, pero las imágenes mostraban un 7% de aumento en la región que se encontraba más próxima a la antena. El hallazgo fue estadísticamente significativo, dijeron los científicos. Y agregaron que no era probable que la actividad pudiera asociarse con el calor del teléfono, porque ocurría cerca de la antena y no donde el teléfono tocaba la cabeza.

Un nuevo capítulo

En el pasado, las preocupaciones acerca de los efectos de los teléfonos celulares fueron mayormente descartadas porque se creyó que las ondas de radiofrecuencia emitidas desde los dispositivos eran benignas. Los celulares emiten radiación no ionizante, ondas de energía demasiado débiles como para romper los lazos químicos o para desencadenar el daño genético que puede llevar al cáncer. No hay ningún mecanismo biológico conocido que explique cómo la radiación no ionizante puede conducir al cáncer o a otros problemas de salud.

Pero el nuevo trabajo abre toda una nueva área de investigación. A pesar de que durante el normal funcionamiento del cerebro se registra un aumento en el metabolismo de la glucosa, la cuestión es si una estimulación artificial repetida podría tener efectos dañinos.

A pesar de que es especulativa, una teoría es que podría conducir a la creación de moléculas llamadas radicales libres, que pueden dañar las células sanas. O podría desencadenar una reacción inflamatoria, asociada con un número de problemas de salud, incluido el cáncer.

Entre los investigadores en cáncer y otros interesados en los efectos que los celulares podrían tener en la salud, el estudio fue recibido con entusiasmo por la credibilidad de los científicos que lo realizaron y los cuidadosos métodos que utilizaron.

Henry Lai, de la Universidad de Washington, que desde hace mucho viene manifestando su preocupación por el uso de celulares, dijo que esperaba que estos datos ampliaran la investigación en la relación entre los celulares y la salud. La doctora Volkow dijo que futuras investigaciones podrían incluso mostrar que las ondas electromagnéticas emitidas desde los celulares podrían tener utilidad para estimular el cerebro en forma terapéutica. Agregó que la investigación no debería alarmar porque simplemente utilizando audífonos se podría aliviar cualquier preocupación. "De ningún modo esto anulará o disminuirá mi uso del celular", concluyó.



 

Por su parte, la comunidad científica se muestra tranquila. Considera que no existe ningún riesgo sanitario unido a estos equipos. Sólo se ha comprobado un único mecanismo de interacción de las radiofrecuencias con el cuerpo humano, y ya es conocido: se utiliza al interior de los hornos microondas. En presencia de un campo electromagnético de alta frecuencia, como el creado por las ondas radiofrecuentes, las moléculas de agua presentes en los tejidos humanos se agitan, se entrechocan y provocan calor. Consecuencia: la temperatura corporal sube. 

Pero nuestro organismo es capaz de regular esta temperatura, hasta cierto punto. Es por esto que se ha definido un indicador: el coeficiente de absorción específica (CAS), que traduce la cantidad de energía absorbida por unidad de tiempo y por unidad de masa, y se expresa en vatios por kilo (W / por Kg). A partir de observaciones experimentales, se ha establecido un nivel de referencia de 4 W por Kg para la totalidad del cuerpo. Los efectos considerados indeseables, capaces de generar trastornos del comportamiento se da a una potencia muy elevada, equivalente a un CAS de 100 W / por Kg, es decir, quemaduras. 

Los límites legales de exposición han sido calculados a partir del CAS de referencia. Por una cuestión de seguridad, se lo dividió en 50 para el gran público y en 10 para los trabajadores. Al final, el CAS de un teléfono móvil y de todo aparato radioeléctrico de comunicación (teléfono sin celular, por ejemplo), debe ser inferior a 0,08 W / por Kg para el cuerpo completo.  

A la espera de estudios más amplios 

Los valores antes detallados fueron propuestos por la Comisión Internacional de protección contra las radiaciones no ionizantes, y fueron adoptados por la Unión Europea en 1999. 

Hay otros efectos posibles? 

A una potencia elevada, para un CAS del orden de 50 W/Kg, y en exposiciones de larga duración, se pudo observar una incidencia de las ondas en la aparición de cáncer, de problemas de fertilidad, y una permeabilidad de la barrera hemato-encefálica (que filtra la sangre que irriga al cerebro). Pero hasta ahora eso no ha sido demostrado al tratarse de niveles de exposición inferiores a los recomendados. 

Esto es todo lo que saben las investigaciones actuales. La exposición de larga duración a un campo de baja potencia, como el de un teléfono celular, puede tener consecuencias nefastas sobre la salud? El más desarrollado de los estudios actuales se denominada "Interphone", y es comandado por la Organización Mundial de la Salud y coordinado por el Centro Internacional de Investigación sobre el cáncer, que reúne el trabajo de 13 países. 

Su objetivo: determinar si la utilización de teléfonos celulares aumenta el riesgo de cáncer. Para averiguarlo, se compara la intensidad del uso del teléfono celular en personas enfermas y en personas sanas. Se habla de cuatro tipos de tumores de cabeza y cuello: el glioma o cáncer de cerebro, neurinoma acústico que afecta al nervio auditivo, meningioma (un tumor benigno) y el tumor de la glándula parótida (uno de los tres tipos de glándulas salivales) 

 



Las redes inalámbricas y su contaminación del espectro electromagnético

El espectro electromagnético se define como el mapa de posibles frecuencias de que disponemos para señales electromagnéticas.
La existencia creciente de aparatos inalámbricos plantean problemas a la ciencia dado que, la emisión de señales inalámbricas contamina este espectro y los científicos que se dedican a captar y estudiar las señales electromagnéticas naturales, tanto de la Tierra como del espacio se ven perjudicados.

Este hecho y su problema se ha destacado en un nuevo informe realizado por el National Research Council (NRC) donde también se dan soluciones.

La NRC propone crear normas más estrictas que protejan mejor las bandas destinadas a ser usadas por los científicos. Su informe deja claro que debemos proteger el espectro electromagnético si queremos seguir evolucionando en este campo.


Ahora bien, la publicación de tales estudios se pospone hace tiempo. Razón que argumentan: la posibilidad de "rodeos estadísticos", que pueden arrojar resultados contradictorios. Afirman que la conclusión definitiva será informada en este, el primer trimestre de 2009. 

Utilización intensiva: hay que estar atentos 


Para una utilización inferior a diez años, parece que hay poca probabilidad de un riesgo de contraer de cáncer, vinculado al teléfono celular. Más allá de los diez años de utilización intensiva, estamos todavía desprovistos de información. "El desarrollo de un tumor es muy largo, del orden de los diez a los quince años, recuerda Francisco Boudin, director de la Fundación Salud y radiofrecuencias. Si ya existieran efectos confirmados de fuerte amplitud, los estudios actuales los habrían puesto en evidencia con rapidez. Si existen efectos de baja amplitud, es decir con una débil probabilidad, debemos estar atentos". Por el momento, no hay que preocuparse demasiado. "Hace diez años que investigamos este tema, y hasta ahora no hemos encontrado un riesgo confirmado. 

Esto es tranquilizador, ya que indica que, si existe tal riesgo, es más que débil", afirma el especialista. "Tampoco se puede demostrar que el riesgo no exista. 

Aumentará después de veinte o treinta años? No lo sabemos, hay que realizar nuevos estudios para saberlo". 

Sitio web: https://www.facebook.com/notes/el-rinc%C3%B3n-de-la-ciencia-tecnolog%C3%ADa-y-el-conocimiento/las-ondas-electromagn%C3%A9ticas-de-los-celulares-y-los-equipos-wi-fi-afectan-nuestra/197031900347105

sábado, 5 de octubre de 2013

OPINIÓN SOBRE LA CLASE DEL 04 DE OCTUBRE DEL 2013


Maestra Diana aquí se encuentran las opiniones de la clase, y de la actividad realizada, anteriormente habíamos colocado las opiniones como comentarios en una de las ultimas publicaciones del blog llamada "PRIMERA PARTE, efectos adversos del teléfono móvil". Pero por orden ahora las colocamos en esta entrada, como comentarios. 

jueves, 5 de septiembre de 2013

¿COMO NOS AFECTA EL ELECTROMAGNETISMO?


¿Qué patologías se relacionan con el electro contaminación? Sabemos que un nivel de radiación relativamente pequeño puede alterar nuestro sistema endocrino y debilitar nuestro sistema inmunológico sobre todo si estamos expuestos a estos mientras dormimos. A esto se les suele llamar electro sensibilidad o síndrome del microondas.

Los síntomas / patologías relacionadas con este tipo de contaminación son:
Trastornos neurológicos como por ejemplo; insomnio , cefaleas , migrañas , dolores de cabeza, déficit de concentración, trastornos sensitivos, caída de cabello, síndrome de fatiga crónica, nerviosismo, depresión , fibromialgia , déficit de melatonina ,Alzheimer, epilepsia, sinusitis , dolores dentales , dolores de mandíbula , entre otros. Trastornos inmunológicos que se pueden presentar en multitud de formas, como frecuentes procesos gripales, procesos alérgicos, tumores, leucemia (así como varios tipos de cáncer), etc.
Trastornos metabólicos.

En función de la sensibilidad hay personas que notan más los efectos de la radiación que otras. Si ha notado un cambio significativo estos últimos 10-15 años en la calidad de su salud sin motivo aparente (coincidiendo con el aumento exponencial de la contaminación electromagnética) puede que tenga relación con una exposición a electro contaminación. En tal caso, vivir en un lugar que no esté expuesto a contaminación por radiación contribuirá a corto plazo a mejorar en gran medida su confort y estado físico general.

Algo que no se refleja en los estudios realizados (no se refleja por que se experimenta con animales) son cambios psicológicos en la persona irradiada. Muchos afectados comentan que a parte de los trastornos físicos asociados sufrían fuertes accesos de irritabilidad, agresividad y tristeza. Ciertamente este es un campo muy subjetivo y difícil de valorar, pero lo cierto es que algunas de estas personas han experimentado cambios significativos después de reducir los impactos de electromagnetismo. Cabe señalar que la radiación tiene efectos sobre el sistema hormonal y bio eléctrico del cerebro, provocando anómalos picos de actividad en algunas regiones medibles en un encefalograma. Como ya hemos citado antes también se ha considerado como potencial cancerígeno cerebral.

La única cura contra la electro sensibilidad es que no haya electro contaminación. Hay que tener cuidado porque una vez una persona es electro sensible, no se puede desensibilizar a la radiación electromagnética y cada vez lo será más si sigue expuesto. Aunque la mayoría de pacientes diagnosticados de electro estrés o de patologías muy relacionadas como fibromialgia, cefalea, migrañas y insomnio mejoran en gran medida al estar en un ambiente con menos contaminado.

En general provoca perturbaciones en el sistema nervioso que se traducen en dolores extraños y de difícil diagnostico. Un síntoma muy usual son dolores en la cara que no tienen un origen claro como sinusitis rebeldes. Por extensión afectan al conjunto de la boca provocando dolores dentales (sobre todo en la parte delantera por ser irradiados desde la nariz) y bruxismo (mas relacionado con la irritación general del sistema nervioso). La mandíbula también se puede ver afectada por la innervación del nervio trigémino, sobre todo al usar el teléfono móvil , pues la antena emite a unos 5-10 milímetros sobre el nervio, a unos valores que suelen ser de 0,7-1,2 W/kg SAR (tasa de absorción especifica por kilo de masa), que es como si nos situáramos a escasos metros delante de las antenas de telefonía de una estación base... Hay muchos dispositivos para móviles en el mercado (pegatinas holologramas , chips...), pero por lo que hemos medido no son efectivos.

Otro efecto hormonal que los estudios han constatado es un déficit de melatonina en individuos expuestos a radiación durante las horas de sueño. La melatonina (conocida como la hormona del sueño) es segregada por nuestro cerebro cuando oscurece e induce a dormir. Según indican los estudios la radiación de campos electromagnéticos hace que esta hormona actué como si estuviéramos recibiendo luz solar. Esto provoca un efecto de desajuste en el ritmo del sueño, insomnio y un sueño menos profundo. En general todas las patologías que afectan al sistema nervioso (bioelectricidad cerebral) se ven potenciadas por la radiación electromagnética, ya que constituyen una carga extra de irritación sobre un sistema ya deficitario.

Otros trastornos menores relacionados con los campos eléctricos y magnéticos como las cefaleas y las migrañas también se ven potenciados. La mayoría de personas que las sufren son conscientes de que según el lugar en el que se encuentran sus dolores se potencia o disminuyen. Esto se ve influido por múltiples factores como otras alergias, otros tipos de contaminación o alteraciones psicosomáticas, aunque un ambiente sano suele tener un gran peso.

Aun llevamos escasos 10 años desde la implantación masiva de tecnologías inalámbricas y no se han podido publicar estudios epidemiológicos a largo plazo. Será difícil hacerlo porque hay mucha diferencia de exposición entre la población (depende de si usamos el móvil, si tenemos wifi, si hay un repetidor de radiofrecuencia cerca...). No pasa lo mismo con la baja frecuencia (mayoritariamente alta tensión) que ya lleva unos 50 años de implantación masiva en todo el planeta. Si tenemos una línea de alta tensión cerca de nuestra vivienda la exposición es constante y más uniforme a lo largo de su trazado de torres de alta tensión. En este caso el debate sobre la electricidad ya hace años que se ha cerrado con la conclusión final y unánime de que las redes de alta tensión de baja frecuencia y sus transformadores provocan cáncer, sobre todo leucemia en niños. Tanto baja o alta frecuencia estamos hablando del las mismas energías con longitudes de onda diferentes: campo eléctrico y campo magnético. Quizás pesa más la comodidad de la tecnología electrónica y eléctrica que enfrentarnos a un futuro de salud deficiente. En la actualidad hay asociaciones como AVAATE (Valladolid) y APQUIRA (Barcelona) de afectados que luchan por defender los derechos de los afectados.

Si usted cree que la contaminación electromagnética ha empeorado su salud, existen soluciones técnicas muy eficaces que aplicadas por profesionales reducen los niveles de exposición para conseguir un ambiente totalmente saludable desde el punto de vista de CEM

sábado, 20 de julio de 2013



6 tips para minimizar la radiación de los teléfonos celulares

1. Evita la radiación de teléfonos móviles

(CNN) — Este martes, científicos de la Organización Mundial de la Salud, anunciaron que el uso de celulares fue enlistado en la misma categoría de riesgo cancerígeno en la que se encuentra el plomo, el escape de motor y el cloroformo. No existen suficientes estudios de largo plazo que lleguen a una conclusión clara sobre si la radiación de los teléfonos celulares es segura, pero hay suficientes datos como para convencer a la OMS de una posible conexión.
Los teléfonos móviles utilizan radiación no ionizante, que no es capaz de arrancar electrones de la materia que ilumina, y que no daña al ADN de la misma manera que la radiación ionizante. La radiación del teléfono celular opera más como las microondas de baja energía, pero nadie quiere realmente pensar en apoyar su cara en un microondas de bajo poder. Si la etiqueta que la OMS dio al uso del teléfono móvil como posible cancerígeno para los humanos  te alarmó, aquí tenemos algunos consejos básicos para limitar tu exposición a ellos.



2. Hazlo con cables

No es coincidencia que la mayoría de los teléfonos móviles vengan con un auricular con cable. Un auricular con cable automáticamente disminuye la exposición a la radiación ya que el teléfono está lejos del cuerpo. Cada centímetro que lo puedas alejar del cuerpo reduce la cantidad de radiación que absorbes. Aunque los auriculares con cable también trasmiten radiación su nivel es menor.

 Si esa es la preocupación, puedes comprar un núcleo de ferrita por sólo unos cuantos pesos en la mayoría de las tiendas de electrónica. Se agrega al cable y absorbe cualquier radiación que viaje a través del mismo, reduciendo la cantidad que entra en tu cuerpo. Además, usar un auricular te ayudará a que tu cuello no sufra tras una conversación larga por teléfono. 



3. Utiliza el altavoz

Esto puede ser un poco molesto si te encuentras en un área pública. Pero los expertos dicen que utilizar la función de altavoz es útil ya que mantienes el teléfono lejos de tu cerebro. Cada centímetro que puedas alejar el teléfono de tu cuerpo reduce la radiación. Por ejemplo, sostener el teléfono móvil a cinco centímetros hace que la intensidad de radiación disminuya en cuatro unidades, según Magda Havas, una profesora asociada del Instituto para Estudios de la Salud de la Universidad de Trent en Ontario, Canadá. Pero ten cuidado de no compartir tu conversación con todo el mundo.

 (Getty Images)


4. No utilices el 'Bluetooth' todo el tiempo

Los auriculares sin cables de Bluetooth te expondrán a algo de radiación. Sin embargo, será mucho menor que la de un teléfono móvil. El problema es que la mayor parte de la gente utiliza el Bluetooth todo el tiempo. Y no es un buen look para nadie. Si utilizas este dispositivo cámbialo de una oreja a otra para que no lo expongas demasiado tiempo de un solo lado. Sácalo de tu oreja cuando no estés al teléfono.

 (Getty Images)


5. Zonas de mayor radiación

Los teléfonos móviles no emiten siempre el mismo nivel de radiación. Por ejemplo, tu móvil emite mayor radiación cuando se conecta a torres celulares.Pero un teléfono en movimiento (como sucede cuando hablas y manejas) continuamente se conecta a torres que entran y salen del rango. Esto automáticamente aumenta el poder al máximo del dispositivo mientras intenta repetidamente conectarse a una antena nueva.

Una señal débil también provocará que el teléfono trabaje más arduamente, emitiendo mayor radiación. Así que evita usar el teléfono en elevadores, edificios y zonas rurales. Estudios muestran que tu aparato emite más radiación cuando transmite que cuando recibe.

 (Getty Images)


6. Lee los manuales

La mayoría de nosotros ignoramos los manuales que vienen con nuestros gadgets. Pero en ellos se indica a los consumidores no mantener el teléfono cerca de su cabeza, o incluso en las bolsas de la ropa. El iPhone 4 de Apple pide sostenerlo a una distancia de 5/8 de pulgada de tu cuerpo cuando esté trasmitiendo; y el BlackBerry Bold sugiere mantenerlo por lo menos a 0.98 pulgadas de tu cuerpo cuando el aparato esté en uso. Si lo mantienes cerca del cuerpo, los fabricantes no pueden garantizar que la cantidad de radiación que estés absorbiendo esté en un nivel seguro.

 (Getty Images)


7. No hables, envía mensajes

Si no quieres sostener el teléfono cerca de tu cara todo el tiempo, envía mensajes de texto, utiliza el correo electrónico o servicios de mensajes instantáneos si tienes un smartphone. De esta manera evitarás totalmente mantener el teléfono junto a tu cabeza. Y nuestros amigos de CNN Tecnología dicen que por regla general, mientras más inteligente es el teléfono, mayor es la radiación.

 (Cuartoscuro)


Fuente:  http://mexico.cnn.com/salud/2011/06/01/no-hables-envia-mensajes